Hacienda Uayamón
La Hacienda Uayamón data del siglo XVI. En sus inicios se dedicó a la ganadería. Varias veces fue saqueada por corsarios, entre los que se cuenta el famoso Lauren Graff ‘Lorencillo’, con su lugarteniente Agramonte, quienes atracaron el lugar en 1685.
Para el siglo XIX fue una de las más prósperas haciendas de Campeche, que amplió sus actividades, y además de la cría de ganado, cultivó maíz, palo de tinte y henequén. A finales de dicho periodo pasó a ser propiedad de Fernando Carvajal Estrada, quien se la heredó a Rafael Carvajal Iturbide, cuyo nombre aparece en una de las edificaciones.
Pero fue Fernando Carvajal, gran empresario de su tiempo, quien además de preocuparse por el bienestar de los trabajadores: educación y servicios médicos; introdujo la electricidad e impulsó el proyecto del Ferrocarril Campechano, para llevar la cuantiosa producción de la hacienda a otras tierras; de esta manera Uayamón se convirtió en un importante punto comercial.
Para 1911, fue ocupada por rebeldes; se destruyeron las calderas y las máquinas, así como la vía del tren y con ello empezó su decadencia.
Del antiguo casco se conserva la casa principal, los muros de la capilla, el hospital de caridad, la escuela, la casa de oficios, la casa de los trabajadores, la casa de máquinas, el cementerio y el sistema de riego.
Hoy en día, usted se hospedará en una villa en lo que fuera la antigua casa de los trabajadores de la hacienda, hoy la habitación es amplia y con todas las comodidades, ( lo que antes era una casa, actualmente es un sólo cuarto). Si desea tener la experiencia de dormir en hamaca, cada habitación cuenta con una de ellas. El baño tiene como vestíbulo dos lavabos con un gran espejo. La tina, construida al estilo de los haltunes mayas, es independiente y está enmarcada por un gran ventanal que la mantiene en contacto con la naturaleza. En el área exterior de su habitación disfrute cómodamente sobre un gran camastro, en una terraza cubierta estilo oriental que lo protege del sol, donde puede leer, tomar una siesta, contemplar la selva y las exóticas especies que ofrecen sus suaves aromas mientras escucha el trino de aves y el viento que mece las hojas.
Las dos suites se encuentran en el edificio del antiguo hospital; luego del arco que funcionaba como acceso cuentan con un acogedor jardín privado y un recibidor común. Al abrir el portón de la entrada a la suite, un biombo divide el vestíbulo de un agradable rincón decorado con un elegante y discreto secreter que le permite escribir, leer o trabajar frente a la cama. En el exterior, como prolongación de su baño y retomando la tradición maya de los haltunes, hay un jacuzzi en el que el agua brota de una roca. Las flores frescas de la región decoran el lugar con el buen gusto que caracteriza el servicio en Uayamón. Las suites cuentan también con una amable terraza con camastro que le permite disfrutar de la tranquilidad de la selva.